Alquilar una propiedad con o sin muebles: ¿Qué elegir?

El mercado de bienes raíces ofrece una amplia gama de propiedades de alquiler: estudios, apartamentos, casas, etc. Los propietarios tienen la alternativa entre alquilar la propiedad con o sin muebles. Cada opción tiene sus ventajas y desventajas. ¿Qué tipo de alquiler elegir: alquiler vacío o alquiler amueblado?

Alquiler vacío o alquiler amueblado

El alquiler vacío se refiere a una propiedad inmobiliaria desnuda. Se pone a disposición del inquilino sin muebles ni equipos. Este último debe traer lo que necesita en la vida cotidiana.

En España, por regla general no se alquilan viviendas totalmente vacías. Las viviendas amuebladas, además de contar con la instalación de la cocina y el baño, están equipadas con mobiliario como cama, sofá, mesa, sillas y otros complementos habituales en una casa.

¿Cómo decidir? Ambas opciones ofrecen sus ventajas y desventajas.

La elección debe hacerse de acuerdo con varios criterios, incluido el perfil y las necesidades del inquilino, la facilidad de gestión del arrendamiento, el rendimiento de alquiler para el propietario, entre otros.

Al alquilar una vivienda amueblada, es conveniente realizar un inventario completo con todo el equipamiento de la vivienda. Este listado servirá como garantía en caso de daños, sustracciones o desperfectos.

Las ventajas de alquilar con muebles

1. Más rentabilidad

En teoría, alquilar un piso amueblado debería ser algo más rentable que alquilarlo vacío, principalmente porque se puede pedir un precio de alquiler más alto cuando la casa está totalmente equipada. El incremento del alquiler multiplicado por la vida útil de los muebles, debe ser mayor al coste de los muebles para que realmente este tipo de alquiler sea más rentable.

2. Combinar alquiler a largo plazo con alquiler temporal

Se puede alquilar tanto a largo plazo como para estancias cortas. Incluso se pueden combinar ambas opciones, especialmente en ciudades turísticas. Por ejemplo, en una ciudad costera se puede alquilar la casa a estudiantes durante los meses de octubre a junio, y a turistas de julio a septiembre. Como los alquileres son muy altos en verano, se puede llegar a conseguir una gran rentabilidad para la vivienda. No hay que olvidar el trabajo extra de limpieza y acogida de cada huésped.

3. Un tipo de vivienda más atractiva para ciertos inquilinos

Ciertos grupos de inquilinos buscan alquilar una vivienda amueblada porque necesitan flexibilidad, rapidez y buscan evitar equiparla con muebles. Esta sería la mejor opción para colectivos como profesores, estudiantes o empleados que van a residir en el lugar de manera temporal. Estas categorías presentan, por lo general, un riesgo de morosidad menor.

Las desventajas de alquilar con muebles

1. Más incidencias

El tener muebles y equipos en la casa implica que estos puedan deteriorarse, romperse o cualquier otro tipo de problema. Como el propietario se tiene que hacer cargo de todo lo que ha habilitado en la vivienda, tiene que responder a más solicitudes por parte de los inquilinos a la hora de solventar pequeñas incidencias.

2. Amueblar y cambiar los muebles

Antes de poner la vivienda en alquiler, obviamente hay que invertir en amueblarla. Y cuando vaya pasando el tiempo, habrá que renovar esos muebles.

3. Alquileres más cortos

Muchos de los inquilinos que buscan una casa amueblada no quieren quedarse durante mucho tiempo, siendo los alquileres sean más cortos, obligan al propietario a buscar nuevos inquilinos con más frecuencia. Esto puede suponer semanas sin ingresos, y en el caso de usar agencias inmobiliarias como intermediarios, mayores costes anuales.

4. Los riesgos de alquilar a estudiantes

Algunos estudiantes son muy cuidadosos, y otros, por desgracia, tienen poco cuidado con la vivienda, su mobiliario y acabado. Además, pueden organizar fiestas y molestar a los vecinos, lo que indirectamente puede repercutir en la relación del propietario con la comunidad de vecinos.

Ventajas y desventajas de alquilar sin muebles

1. Alquileres más largos

Aquí las personas llevan su propio mobiliario o invierten en uno nuevo. Por este motivo, suelen ser inquilinos que se quedan más tiempo.

2. Menos molestias

Al no tener muebles hay menos incidencias y menos riesgo de destrozos. Como los alquileres son más largos, la búsqueda de un nuevo inquilino es menos frecuente. Todo esto implica menos molestias para el propietario.

3. Menos riesgo de alojar a “morosos profesionales”

Hay personas que buscan pisos amueblados porque no tienen dinero para comprar los muebles ni muchos ingresos, esto puede presentar un mayor riesgo de morosidad. Incluso existen: los morosos “profesionales”, que aprovechan la lentitud del sistema judicial para quedarse en casas ajenas sin pagar. Alquilar sin muebles puede ser una forma de evitar este grupo, que no suele molestarse en comprar sus propios muebles.

4. Menos rentabilidad y menos facilidad para alquilar

Alquilar una vivienda vacía implica una rentabilidad menor para el propietario. También es más difícil alquilar una casa sin muebles, porque muchos inquilinos se frenan cuando piensan en lo que van a tener que invertir en equipar la casa.

Conclusión

Si alquila o posee, simplemente identifique sus prioridades. Cada necesidad específica corresponde a una solución adaptada a su caso. Hay algunos ejemplos de escenarios que ayudarán en la decisión:

El inquilino es un individuo, una familia. Él está buscando una propiedad para un alquiler a largo plazo. Él posee sus propios muebles. Los alquileres vacíos son la forma más segura y económica de hacerlo. Pagará un alquiler más barato que el de un alquiler amueblado. Valora su inversión en la adquisición de sus muebles.

El inquilino es un estudiante, una persona soltera o una pareja joven. Él todavía no tiene los medios para invertir en muebles. También puede ser una persona transitoria, para una colocación profesional o una obligación profesional. El inquilino está buscando alojamiento funcional por un corto tiempo. La fórmula adaptada a estos casos es el alquiler amueblado.

El propietario tiene una propiedad para alquilar, vacía o amueblada. Él favorece el criterio de rentabilidad. El valor de alquiler de una propiedad amueblada es de 15 a 20% más que el de una vivienda vacía. Por lo tanto, hace rentable su inversión. El riesgo de facturas impagas es raro porque estas categorías de arrendatarios planifican su presupuesto por adelantado. Por el contrario, para el alquiler amueblado, debemos esperar encontrar un nuevo inquilino cada año, lo que genera gastos. Además de eso, el riesgo de tener una vacante de alquiler más grande.

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