
La compra para alquilar es una estrategia de inversión inmobiliaria que consiste en adquirir una propiedad con el fin de alquilarla a terceros y obtener una renta mensual. Esta forma de inversión puede ofrecer varias ventajas, como la generación de ingresos pasivos, el aprovechamiento de las deducciones fiscales, la apreciación del valor de la propiedad y el uso del apalancamiento financiero. Sin embargo, también implica algunos riesgos que hay que tener en cuenta, como la vacancia, el mantenimiento, la gestión, la regulación y la volatilidad del mercado.